Siempre me había gustado montar a caballo. Desde niño pedía
a los Reyes Magos que me trajeran caballos de juguete y yo los montaba como si
fuera un auténtico jinete.
De mayor, mi amor por la hípica se convirtió en frustración.
Era un deporte carísimo, había que ser de la élite o millonario para poder
practicarlo de forma amateur.
Ya pensaba que nunca podría cumplir mi deseo cuando por casualidad
encontré el “Medallón de Zulo” en un zoco de mi ciudad. No pensé en utilizarlo
para ser millonario o famoso, pensé solamente en cambiar de cuerpo con un
jinete y poder cumplir mi deseo frustrado. En ese momento se me ocurrió: “Y
¿Porqué no ser jinete además de rico y famoso?” En seguida supe con quién iba a
cambiar de cuerpo. No, no iba a ser un jinete, iba a ser una amazona.
Me escondí tras una puerta en las cuadras de la familia de
Julia y esperé que pasara a mi lado para tocar su cuerpo con “el medallón de
zulo” mientras yo los sostenía, Así intercambiaríamos cuerpo y podría ser para
siempre la vida de amazona que vivía Julia.
Ya viene para acá, tengo que estar listo, ya se acerca…
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